Cómo hay que tomar la tensión arterial para que el resultado sea válido
A partir de los 40 no está de más hacerlo en casa cada año (si hay antecedentes familiares el control es mayor, y desde antes). Y siempre de acuerdo a unas reglas tan básicas como fundamentales
En el mundo hay más de 1.100 millones de personas con hipertensión, según los datos de la Organización Mundial de la Salud. Muchas otras tienen la enfermedad y no lo saben —más de cuatro millones en España—. El exceso de presión endurece las arterias, y reduce el flujo de sangre y oxígeno que llega al corazón, lo que puede derivar en complicaciones como dolor torácico, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca e ictus. De ahí la importancia de algo tan sencillo e importante como tomarse la tensión.
Esta prueba no suele faltar en una revisión rutinaria con el médico de cabecera: el médico va inflando un manguito en el brazo del paciente y, mientras escucha atentamente con un estetoscopio, ojea el manómetro que marca las cifras de la presión arterial. Hasta los 40 nos la realizarán aproximadamente cada tres años, salvo que haya un historial familiar que indique que la enfermedad puede aparecer antes. “Es a partir de esta edad cuando debemos estar realmente atentos. Sin obsesionarse, mientras esté en las cifras normales [entre 120-129 mmHg para la sistólica y de 80 a 84 mmHg para la disatólica] bastaría con medirla una vez al año”, apunta la cardióloga Amelia Carro. Y aunque nuestro especialista ya se encargue de hacerlo, añade que no está de más tener un tensiómetro en casa.
El tensiómetro, ¿de brazo o de muñeca?
Si eres una persona indecisa, elegir el tensiómetro no te resultará una tarea sencilla. No solo hay opciones bastante distintas, es que además tienes claro que no vale cualquiera... Lo mejor, salvo que tengas el conocimiento para usarlo, es olvidarte de uno como el que usa el médico en consulta. “Hay que saber leerlo bien y en casa suele hacer falta una segunda persona para ayudar”, dice Carro. Así que hazte la vida más sencilla y opta por uno digital. Atención: tiene que estar validado para asegurar que la medición será correcta. Es decir, de manera conjunta o separada, debe estar fabricado según los protocolos de la Sociedad Británica de Hipertensión, o de la Sociedad Europea de Hipertensión, o de la Asociación para el Avance de Instrumental Médico. Existen diversos listados de las marcas y modelos que cumplen con los requisitos necesarios, señalan desde la Fundación Española del Corazón, desde donde recomiendan los de brazo antes que los de muñeca, que suelen ser menos fiables.
A la hora de comenzar a usarlo, hay que tener presentes ciertas pautas. La primera es que no vale tomarse la tensión a cualquier hora porque “la frecuencia varía a lo largo del día. Lo mejor es hacerlo al levantarse. Cuanto más relajados y reposados estemos, mejor”, dice Carro. Con ello no se refiere a la primera hora de la mañana, dependerá de los horarios de cada uno. Tampoco se puede “comer, beber, fumar ni hacer ejercicio antes de tomarla porque puede alterar la medición”, continúa Carro.
Desde la Fundación Española del Corazón recomiendan hacer la medición sentados en una silla, con la espalda apoyada en el respaldo y sin cruzar las piernas. Además, si llevamos ropa que pueda oprimir el brazo, debemos quitárnosla antes de empezar. El manguito del tensiómetro debe quedar unos dos o tres centímetros por encima del codo, que debe estar flexionado a la altura del corazón y con la palma de la mano mirando hacia arriba. Tampoco se puede hablar durante la medición y es recomendable repetirla dos minutos después y quedarse con la media de ambas cifras.
¿Y qué pasa si me sale alta?
“A partir de 140 mmHg de sistólica y 90 mmHg de diastólica se considera hipertensión”, explica Carro, e indica que si son nuestras cifras no debemos dejarlo pasar. Hay que decírselas al médico para poder controlarla. Y no vale dejarlo bajo la excusa de “la tensión de bata blanca”, que viene a ser culpar de la subida a los nervios que provoca ir al médico. “Si bien la presión puede variar por distintos motivos, jamás es normal una subida de más de 19 mm de mercurio [de 120 a 140 mmHg de sistólica]. Ni siquiera cuando baja enseguida. Tenemos que pensar que la tensión es como un globo: podemos inflarlo y desinflarlo varias veces, pero el látex va cediendo hasta que revienta. Esas son nuestras arterias”, explica Carro.
Una vez diagnosticada la hipertensión, quienes la padecen “deben tomársela varias veces al día para tener un control general. Aunque si no tienen acceso a un tensiómetro durante un par de días no pasa nada siempre que tengamos la adecuada para regularla y la tengamos controlada”. Para tomarla varias veces al día, las pautas son similares: hay que evitar comer, beber, fumar o hacer actividad física durante la media hora anterior.
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